miércoles, 14 de julio de 2010

La Ñapa de Galeano: Reino Mágico




Eduardo Galeano
Público, España

Pacho Maturana, colombiano, hombre de vasta experiencia en estas lides, dice que el fútbol es un reino mágico, donde todo puede ocurrir. El Mundial reciente ha confirmado sus palabras: fue un Mundial insólito.

Insólitos fueron los diez estadios donde se jugó, hermosos, inmensos, que costaron un dineral. No se sabe cómo hará Suráfrica para mantener en actividad esos gigantes de cemento, multimillonario derroche fácil de explicar pero difícil de justificar en uno de los países más injustos del mundo.

Insólita fue la pelota de Adidas, enjabonada, medio loca, que huía de las manos y desobedecía a los pies. La tal Jabulani fue impuesta aunque a los jugadores no les gustaba ni un poquito. Desde su castillo de Zurich, los amos del fútbol imponen, no proponen. Tienen costumbre.

Insólito fue que por fin la todopoderosa burocracia de la FIFA reconociera, al menos, al cabo de tantos años, que habría que estudiar la manera de ayudar a los árb itros en las jugadas decisivas. No es mucho, pero algo es algo. Ya era hora. Hasta estos sordos de voluntaria sordera tuvieron que escuchar los clamores desatados por los errores de algunos árbitros, que en el último partido llegaron a ser horrores. ¿Por qué tenemos que ver en las pantallas de televisión lo que los árbitros no vieron y quizá no pudieron ver? Clamores de sentido común: casi todos los deportes, el basquetbol, el tenis, el béisbol y hasta la esgrima y las carreras de autos, utilizan normalmente la tecnología moderna para salir de dudas. El fútbol, no.

Los árbitros están autorizados a consultar una antigua invención llamada reloj, para medir la duración de los partidos y el tiempo a descontar, pero de ahí está prohibido pasar. Y la justificación oficial resultaría cómica, si no fuera simplemente sospechosa: el error forma parte del juego, dicen, y nos dejan boquiabiertos descubriendo que errare humanum est.

Insólito fue que el primer Mundial africano en toda la historia del fútbol quedara sin países africanos, incluyendo al anfitrión, en las primeras etapas. Sólo Ghana sobrevivió, hasta que su selección fue derrotada por Uruguay en el partido más emocionante de todo el torneo.

Algunos resentidos llegamos a sospechar que el pulpo era un corrupto

Insólito fue que la mayoría de las selecciones africanas mantuvieran viva su agilidad, pero perdieran desparpajo y fantasía. Mucho corrieron, pero poco bailaron. Hay quienes creen que los directores técnicos de las selecciones, casi todos europeos, contribuyeron a este enfriamiento. Si así fuera, flaco favor han hecho a un fútbol que tanta alegría prometía. África sacrificó sus virtudes en nombre de la eficacia, y la eficacia brilló por su ausencia.

Insólito fue que algunos jugadores africanos pudieran lucirse, ellos sí, pero en las selecciones europeas. Cuando Ghana jugó contra Alemania, se enfrentaron dos hermanos negros, los hermanos Boateng: uno ll evaba la camiseta de Ghana, y el otro la camiseta de Alemania.

De los jugadores de la selección de Ghana, ninguno jugaba en el campeonato local de Ghana. De los jugadores de la selección de Alemania, todos jugaban en el campeonato local de Alemania. Como América Latina, África exporta mano de obra y pie de obra.

Insólita fue la mejor atajada del torneo. No fue obra de un portero, sino de un goleador. El atacante uruguayo Luis Suárez detuvo con las dos manos, en la línea del gol, una pelota que habría dejado a su país fuera de la Copa. Y gracias a ese acto de patriótica locura, él fue expulsado pero Uruguay no.

Insólito fue el viaje de Uruguay, desde los abajos hasta los arribas.

Nuestro país, que había entrado al Mundial en el último lugar, a duras penas, tras una difícil clasificación, jugó dignamente, sin rendirse nunca, y llegó a ser uno de los mejores. Algunos cardiólogos nos advirtieron, desde la prensa, que el exceso de felicidad puede ser pelig roso para la salud. Numerosos uruguayos, que parecíamos condenados a morir de aburrimiento, celebramos ese riesgo, y las calles del país fueron una fiesta. Al fin y al cabo, el derecho a festejar los méritos propios es siempre preferible al placer que algunos sienten por la desgracia ajena.

Terminamos ocupando el cuarto puesto, que no está tan mal para el único país que pudo evitar que este Mundial terminara siendo nada más que una Eurocopa. Y no fue casual que Diego Forlán fuera elegido mejor jugador del torneo.

Insólito fue que el campeón y el vicecampeón del Mundial anterior volvieron a casa sin abrir las maletas. En el año 2006, Italia y Francia se habían encontrado en el partido final. Ahora se encontraron en la puerta de salida del aeropuerto. En Italia, se multiplicaron las voces críticas de un fútbol jugado para impedir que el rival juegue.

En Francia, el desastre provocó una crisis política y encendió las furias racistas, porque habían sido negros casi todos los jugadores que cantaron la Marsellesa en Suráfrica. Otros favoritos, como Inglaterra, tampoco duraron mucho. Brasil y Argentina sufrieron crueles baños de humildad. Medio siglo antes, la selección argentina había recibido una lluvia de monedas cuando regresó de un Mundial desastroso, pero esta vez fue bienvenida por una abrazadora multitud que cree en cosas más importantes que el éxito o el fracaso.

Insólito fue que faltaran a la cita las superestrellas más anunciadas y más esperadas. Lionel Messi quiso estar, hizo lo que pudo, y algo se vio. Y dicen que Cristiano Ronaldo estuvo, pero nadie lo vio: quizás estaba demasiado ocupado en verse.

Insólito fue que una nueva estrella, inesperada, surgiera de la profundidad de los mares y se elevara a lo más alto del firmamento futbolero. Es un pulpo que vive en un acuario de Alemania, desde donde formula sus profecías. Se llama Paul, pero bien podría llamarse Pulpodamus.

Al fin se hizo justicia, lo que no es frecuente en el fútbol ni en la vida

Antes de cada partido del Mundial, le daban a elegir entre los mejillones que llevaban las banderas de los dos rivales. Él comía los mejillones del vencedor, y no se equivocaba.

El oráculo octópodo influyó decisivamente sobre las apuestas, fue escuchado en el mundo entero con religiosa reverencia, fue odiado y amado y hasta calumniado por algunos resentidos, como yo, que llegamos a sospechar, sin pruebas, que el pulpo era un corrupto.

Insólito fue que al fin del torneo se hiciera justicia, lo que no es frecuente en el fútbol ni en la vida. España conquistó, por primera vez, el campeonato mundial de fútbol. Casi un siglo esperando.

El pulpo lo había anunciado, y España desmintió mis sospechas: ganó en buena ley, fue el mejor equipo del torneo, por obra y gracia de su fútbol solidario, uno para todos, todos para uno, y también por las asombrosas habilidades de ese pequeño mago llamado Andrés Iniesta. Él prueb a que a veces, en el reino mágico del fútbol, la justicia existe.

Cuando el Mundial comenzó, en la puerta de mi casa colgué un cartel que decía "Cerrado por fútbol". Cuando lo descolgué, un mes después, yo ya había jugado 64 partidos, cerveza en mano, sin moverme de mi sillón preferido.

Esa proeza me dejó frito, los músculos dolidos, la garganta rota; pero ya estoy sintiendo nostalgia.

Ya empiezo a extrañar la insoportable letanía de las vuvuzelas, la emoción de los goles no aptos para cardíacos, la belleza de las mejores jugadas repetidas en cámara lenta. Y también la fiesta y el luto, porque a veces el fútbol es una alegría que duele, y la música que celebra alguna victoria de esas que hacen bailar a los muertos, suena muy cerca del clamoroso silencio del estadio vacío, donde ha caído la noche y algún vencido sigue sentado, solo, incapaz de moverse, en medio de las inmensas gradas sin nadie.

lunes, 12 de julio de 2010

ARROZ Y HABICHUELAS AWARDS (Los que la FIFA no da)




Al concluir el Mundial de Fútbol de Suráfrica, esta página Blog también cierra operaciones y otorga los Premios Especiales en Arroz y Habichuelas. ¡Buen Provecho!

Lágrima de Oro, trofeo al más llorón: Robinho (BRA)
La Bota de Hierro, al macetero del Torneo: Van Bommel (HOL)
Meryl Streep Special Award, al actor más convincente: Andrés Iniesta (ESP)
El Tres Patines Award, al actor más descarado: Keita (CMF)
Premio Fuerza de Choque, al imbécil de la Copa: Felipe Melo (BRA)
Premio Mr. Magoo, al cegato del Mundial: el línea uruguayo que no vio el gol de Lampard (Inglaterra-Alemania).
Premio Mark/J.Lo, al dúo millonario menos productivo: Ronaldo y Roonie (POR y ENG)
Premio Maradona, al manotazo más glorioso: Luis Suárez (URU)
Premio Tigres del Norte a la transmisión de la previa más charra: Univision Miami (intragable)
Giorgio Armani Award, al técnico mejor vestido: Diego Maradona
Premio Kobo Santarrosa, al equipo del Bochinche: Francia
Premio del Público, al mejor espectáculo: partido Uruguay-Alemania

Una Final deslucida, pero justa


Culminó el Mundial de Fútbol en Suráfrica con el partido más cortado, peor arbitreado y deslucido del torneo, una verdadera fiesta de patadas, zancadillas, empujones y golpes --reales y simulados-- que hicieron de la Gran Final un encuentro aburrido.

Solo la emoción de saber que el ganador (o sobreviviente) de este juego se proclamaría campeón impidió que no cambiara el canal para ver el juego de Puerto Rico vs. Panamá en el Centrobasket.

Al minuto 118 España, del pie de Andrés Iniesta, se colocó con justeza al frente en el marcador y soportó las patadas finales del equipo de rugby que puso en el campo la selección holandesa.

Estaba claro que a España había que presionarla y cerrarle espacios en la cancha y así evitar el baile que le pusieron a Alemania en la semifinal. Así lo hizo Paraguay en los cuartos de final y por poco los saca del Torneo. Pero las agresiones holandesas provocaron las respuestas contrarias y por momentos más bien parecía un espectáculo de la WWF.

Ambos equipos tuvieron sus ocasiones de gol aunque las dos más claras las tuvo Arjen Robben quien enfrentó dos “mano a mano” con Iker Casillas… y “San Iker” ganó ambas.

En fin, ganó el equipo que mejor fútbol tenía, ¡menos mal!

Nota aparte merecen el Comité Organizador y las autoridades gubernamentales de Suráfrica. Una semana antes de comenzar el Mundial, la mayoría de “los expertos” europeos auguraban –con su dosis de racismo— el fracaso organizativo del evento y repetían que la FIFA se había equivocado al otorgar la sede.

Fuera de algunos detalles, que ya iniciado el Torneo fueron superados, y según narran los presentes, todo transcurrió en orden y los itinerarios se cumplieron a cabalidad. Así que este tributo a Nelson Mandela también sirve de ejemplo de que los países del Tercer Mundo pueden organizar con éxito eventos de magnitud mundial.

Los más destacados

El Balón de Oro, premio al mejor jugador de la Copa, se lo adjudicaron los periodistas que cubrían el evento a Diego Forlán, el incansable delantero uruguayo autor de cinco golazos.
El Botín de Oro, premio al máximo goleador, se otorgó al jovencito alemán Thomas Müller, quien quedó con cinco goles igual que Forlán, Snejder y Villa. Su premio se decidió mediante un sistema de desempate que contabiliza las asistencias de gol y cantidad de minutos jugados. Müller, de 20 años de edad, también fue nombrado el Mejor Jugador Joven del Torneo.
El Premio al Fair Play fue otorgado al seleccionado de España y su capitán, Iker Casillas, se llevó el Guante de Oro, al arquero más destacado.

jueves, 8 de julio de 2010

Millone$ de razone$ para ganar en el Mundial de Fútbol


Los millones de dólares que reparten en premios a los equipos participantes en la Copa Mundial de Fútbol que se juega en Suráfrica dan y sobran para cuadrar el desfalcado presupuesto de Puerto Rico y re-emplear a los sobre 20 mil servidores públicos que el Gobierno ha despedido.

La FIFA repartirá unos 420 millones de dólares entre las federaciones participantes en la actual edición de la Copa del Mundo. Esa suma cubre los premios que se dan a los equipos competidores de acuerdo a su rendimiento en el Torneo y quedarán repartidos de la siguiente manera:

$30 millones para el campeón
$24 millones para el subcampeón
$20 millones a repartir entre los semifinalistas ($10 a cada uno)
$18 millones para los equipos que llegaron a cuartos de final (se le restan cuatro que pasaron a semis por lo que le toca $4.2 a cada uno de los cuatro que hasta aquí llegaron)
$9 millones para los equipos de fútbol que llegaron a octavos de final (se le restan ocho que pasaron a cuartos por lo que le toca $1.1 a cada uno de los ocho restantes)
$8 millones para los que disputaron la fase de grupos (que son 16 que no avanzaron, y reciben $500 mil).

A esa cantidad se le suma un millón de dólares a cada una de las asociaciones participantes en el torneo como contribución a la preparación para el Torneo y el reparto de $40 millones entre los clubes cuyos jugadores tomaron parte en la Copa.

En el Mundial de hace cuatro años, disputado en Alemania, se repartieron 300 millones de dólares y en el que se jugó hace ocho años, en el 2002, en Corea del Sur y Japón, 199 millones. La cifra en esta ocasión multiplica por diez la que se repartió hace 28 años, en el Mundial de España, celebrado en 1982.

Alemania
http://elcomercio.pe/noticia/468002/alemania-2006-sudafrica-2010-revanchas-copa-mundo

domingo, 4 de julio de 2010

Lista la selección de Uruguay para dar otra sorpresa tras desvanecerse los sueños de grandeza de América Latina (Crónica)


Por Manolo Coss

San Juan, 4 jul (INS).- Solo un manotazo, tan ilícito como salvador, del delantero uruguayo Luis Suárez evitó que los equipos latinoamericanos fueran barridos de la Copa Mundial de Fútbol que se juega en Suráfrica y que concluyó su etapa de cuartos de final con el avance a semifinales de tres selecciones europeas acompañadas por Uruguay.

Los suramericanos habían logrado la hazaña de colocar a cuatro de los ocho equipos que jugaban los cuartos de final del torneo mundial e incluso se llegó a anticipar una gran final latinoamericana con un hipotético –y perfectamente posible– encuentro entre los dos grandes favoritos, Argentina y Brasil.

Pero los sueños de grandeza de América Latina se redujeron el viernes con la eliminación sorpresiva de Brasil ante Holanda y acabaron en pesadilla el sábado con la goleada 4-0 que le propinó Alemania a Argentina.

El equipo paraguayo, en cambio, que era candidato a una eliminación temprana, mantuvo vivas las esperanzas de dar otro golpetazo a un súper favorito como España y vendió cara su derrota ante los ibéricos en el partido celebrado el sábado a segunda hora.

De manera que solo Uruguay, que eliminó a Ghana el viernes pasado en un juego épico y con un final de infarto, cargará con la representación de América Latina el próximo martes en su encuentro de semifinal contra la poderosa escuadra anaranjada de Holanda.

La selección charrúa llegará un tanto diezmada al partido pues tiene varios lesionados en sus filas, entre ellos su capitán, Diego Lugano, y su mayor goleador, Luis Suárez, está suspendido por la expulsión “gloriosa” que se llevó en el último segundo del partido con los africanos.

Mas si algo ha demostrado este torneo de la Copa Mundial de Fútbol y muy particularmente los uruguayos, es que en este deporte los grandes favoritos dejan de serlo cuando se paran en la cancha y se enfrentan once contra once y en iguales condiciones.

De manera que si los uruguayos ya dieron la sorpresa este año de inaugurar a un presidente, José Mujica, ex guerrillero y ex prisionero político, bien podrían seguir conmoviendo al mundo desde el país donde el más ilustre de los prisioneros políticos del siglo 20, Nelson Mandela, asombró a la humanidad con su desempeño en la presidencia de Sudáfrica.

Por cierto que Mujica felicitó a la selección uruguaya de fútbol por lo mucho que ha logrado con su desempeño en Sudáfrica 2010, del que “todos estamos enormemente agradecidos”.

“Tenemos un profundo reconocimiento por la sencilla razón que hacía muchas décadas una selección uruguaya no lograba estos niveles y hacía muchas décadas apenas conseguíamos frustraciones”, destacó el mandatario en su alocución radial semanal. INS

martes, 29 de junio de 2010

Cuartos de final, semifinales inéditas


Hoy concluyó la fase de Octavos de Final de la Copa Mundial de Fútbol sin grandes sobresaltos ni asombros, mas sus resultados anticipan que el próximo fin de semana podría acontecer algo totalmente inédito y espectacular:¡el copo suramericano de las semifinales del más importante evento deportivo en el planeta!

El viernes 2 de julio en la mañana, inauguran los Cuartos de Final los sorprendentes uruguayos contra la selección nacional de Ghana, únicos africanos activos en la Copa, y en la tarde el partido que puede catalogarse como una Final adelantada: Brasil-Holanda. Los vecinos suramericanos salen como favoritos en ambos encuentros (y no hay que decir más, para no “salarlos”).

Al otro lado de las llaves del Torneo, los partidos que se juegan el sábado 3 de julio: Argentina vs. Alemania y Paraguay-España, son choques complicados para los también vecinos latinoamericanos, pero con triunfos perfectamente alcanzables.

¿Y si se alinean los planetas que miran nuestro lado del Atlántico y se plantan nuestros países latinoamericanos en los cuatro puestos de honor de la codiciada Copa?

En el camino, los “sudacas” (como despectivamente nos llaman en la olvidadiza España) tendrían que derrotar a las “madres patrias” (la esclavista y la esclavizada) y a los sajones europeos.

Yo no tengo complejos, voy a los míos, ¡a Nuestra América! Ya para el martes y miércoles próximos --recuperados de la resaca-- cuando se enfrenten los compadres latinoamericanos en los partidos de semifinal, habrá que decidir entre dos de los mejores cuatro del mundo, y eso será un dulce dilema…

lunes, 28 de junio de 2010

Los árbitros van de papelón en papelón


El arbitraje en el Mundial de Fútbol sigue afectando el desarrollo (y el resultado) de los partidos. Ayer los dos juegos, Inglaterra-Alemania y México-Argentina, expusieron tremendos errores arbitrales que alteraron el curso del juego. Esta dicho que los errores de los árbitros son parte del juego, pero ahora, con las 20 cámara de TV que graban los incidentes, sus equivocaciones quedan más expuestas.
Abajo un artículo publicado hoy en la versión digital del periódico argentino Página 12.
mc

Por Gustavo Veiga
Página 12, Buenos Aires


La historia la escriben los que ganan y la FIFA le pone su rúbrica. No hay misericordia posible en los mundiales. Si una selección se equivoca, se vuelve a casa y si se equivoca el árbitro, también. Errar es humano, perdonar es divino. Una cuestión que viene de lejos: desde el gol fantasma que el inglés Geoff Hurst le marcó a Alemania en la final del ’66. O desde que la televisión se entrometió más en el fútbol. ¿Acaso alguna persona mayor conserva en sus retinas el desastre del ’58 en Suecia? Ahora resulta que en el altar de los goles apócrifos, nuestra célebre Mano de Dios tambalea. Sólo la grandeza pretérita del Maradona jugador, robustecida por su esperanzador presente como técnico, la mantienen al tope de la tabla. Pero el empecinado afán de Blatter, Grondona y compañía de gritarle un olé a la tecnología, reaviva la polémica. Y continúa permitiendo situaciones bochornosas que la TV deja siempre en evidencia.

Si existió una mano de Dios en México ’86 o la segunda mano de Dios con que Thierry Henry metió a Francia en el Mundial de Sudáfrica, podríamos atribuirle el gol no convalidado de Lampard ayer, a una turbia maniobra de su santidad, el papa Benedicto XVI, tan alemán como el arquero Neuer, que se hizo el gil. O definitivamente bautizarlo: los ojos de Larrionda, por el árbitro uruguayo que no lo vio. El que les marcó Tevez en offside flagrante a los mexicanos sería el del apóstol Carlitos y cualquier gol parecido al de Diego, pero convertido por un futbolista musulmán en un mundial, sería la Mano de Alá. Lástima que Argelia quedó eliminada en primera ronda sin gritar uno solo. Hubiera sido el caso piloto.

La Mano de Dios es glorificada veinticuatro años más tarde y se transformó en un ícono de los papelones arbitrales mundialistas. La convalidó un tunecino, Bennaceur Alí, del que nadie se acuerda. Pero fallas garrafales como ésa se volvieron habituales –y notoriamente visibles– desde el Mundial del ’66 hasta hoy. Maradona nos entregó otra mano (la segunda de Dios) en un partido contra la Unión Soviética de Italia ’90. El árbitro sueco Erik Fredriksson dijo “siga, siga”. La diferencia entre los yerros de los viejos mundiales televisados por apenas un puñado de cámaras y los últimos, que tienen decenas, es que los jueces son sometidos al escarnio. Y serán recordados negativamente por generaciones de hinchas, como ocurre en la Argentina con el mexicano Edgardo Codesal, que le concedió a Alemania un penal que no fue en la final de 1990.

Tan lejos llega la fama del más recordado de estos goles, que en Sudáfrica se organizó una muestra de arte donde se presentó la obra “La Mano de Dios”, del artista local Jackson Hlungwane. Mide 88,5 centímetros de alto por 55 de ancho, fue realizada en madera y la concibió en 1989, tres años después de que Maradona inmortalizó aquella jugada. La curadora de la exposición, Fiona Rankin-Smith, sostiene que el fútbol es una religión. Y un karma para los árbitros como Larrionda o el italiano Rossetti, que se comió el gol de Tevez en offside.

En lo que no se equivocó la FIFA hasta ahora es en haber decidido jugar el Mundial en Sudáfrica. En una de las habituales conferencias de prensa, el técnico del seleccionado nacional ya había defendido la organización del torneo. Y cuestionó a Pelé por haberle retaceado su apoyo cuando en Angola –como si Africa fuera una sola nación– balearon un ómnibus que conducía a la selección de Togo. Otro que juzgó un grave error la elección del país sede fue el presidente del club Bayern Munich, el ex futbolista Uli Hoeness. Y anticipó que no viajaría para ver el torneo. ¿Habrá cumplido?

Según la mayoría de los viajeros que llegaron a Sudáfrica, el Mundial es un ejemplo de organización, los estadios una maravilla, el público por demás colorido y comienza a perfilarse un fútbol más atractivo en las instancias decisivas. Los que siguen desentonando son los árbitros. Volvió a hablarse de la Mano de Dios gracias a sus errores groseros. Y a que la FIFA le interesa la tecnología sólo para multiplicar su dinero.

sábado, 26 de junio de 2010

Se acabaron los empates, ahora es ¡todo o nada!


Ya 16 equipos se despidieron del Mundial de Fútbol que se juega en Suráfrica y de esos solo uno –Honduras—es latinoamericano, mas la sorpresa grande es que el campeón (Italia) y el subcampeón (Francia), están fuera de la contienda.

La buena noticia es que pasaron a jugar octavos de final seis latinoamericanos, la mala es que se tienen que ir dos, pues se enfrentan Brasil-Chile y México-Argentina y ya se acabaron los empates, ahora al concluir los partidos hay un ganador y otro que se embarca para su casa.(*ver la regla más abajo)

La fase de grupos terminó con cálculos matemáticos sobre quién seguía y quién se iba. Hasta el último segundo de cada partido de la última ronda no se conocía con certitud los dos que pasaban y en cuál posición.

Anoche se anunciaron también los árbitros que no pasan el primer corte y entre ellos seguro se va el mexicano que arbitró el juego entre España y Chile, pues ordenó una expulsión por una falta que no existió, lo que afectó el desarrollo del partido.

De las llaves de la fase de octavos de final, la más pareja es la que se juega hoy: Uruguay-Corea y EEUU-Ghana. Es difícil pronosticar los ganadores, pero me encantaría que pasaran los uruguayos y los últimos africanos en la Copa.

En el próximo grupo se puede vaticinar que Holanda le gane a Eslovaquia y Brasil a Chile, lo que nos presentaría una “final adelantada” de choque de favoritos en los cuartos de final el viernes que viene.

En la próxima llave el juego México-Argentina revive los octavos de final del pasado Mundial cuando los suramericanos se impusieron en tiempo adicional en un juego dramático. Este equipo argentino, con Messi más maduro y desequilibrante, debe imponerse y enfrentarse al ganador de Inglaterra-Alemania, un choque de trenes. El equipo alemán siempre es candidato a ganarlo todo, pero este es un equipo muy joven y enfrentan al experimentado trabuco inglés que todavía no ha jugado su mejor fútbol, por lo que creo que Inglaterra elimina a los del “continente” (como le llaman en Gran Bretaña al resto de Europa).

En la llave final de esta etapa, que juegan el martes, hay que detenerse a ver el duelo ibérico entre España y Portugal. Por lo que se ha visto, España debe ganarle a los vecinos y Cristiano Ronaldo debe regresar a su carrera de modelaje antes de que comience la Liga española.

El otro partido, Japón-Paraguay también está parejo. Los asiáticos han traído un fútbol mucho más ofensivo que lo que se le conocía y los paraguayos vienen jugando bien desde las clasificatorias así que, más con el corazón que con los sesos, voy a los guaraníes.

Si en las semanas pasadas vivimos el drama de los puntos, diferencias de gol y especulaciones sobre quién llegaba en qué puesto, en adelante nos comeremos la uñas con los partidos que se decidirán desde el punto de penal… pues, ¡venga más, que más nos merecemos!

*Aquí la Regla del Mundial sobre el empate en Octavos de Final:
Si un partido termina en empate después de 90 minutos, se jugará una prórroga
(2 partes de 15 minutos). Si el partido sigue empatado después de la prórroga,
se deberán ejecutar tiros desde el punto penal para definir el ganador,
de conformidad con lo estipulado en las Reglas de Juego.