lunes, 12 de julio de 2010

Una Final deslucida, pero justa


Culminó el Mundial de Fútbol en Suráfrica con el partido más cortado, peor arbitreado y deslucido del torneo, una verdadera fiesta de patadas, zancadillas, empujones y golpes --reales y simulados-- que hicieron de la Gran Final un encuentro aburrido.

Solo la emoción de saber que el ganador (o sobreviviente) de este juego se proclamaría campeón impidió que no cambiara el canal para ver el juego de Puerto Rico vs. Panamá en el Centrobasket.

Al minuto 118 España, del pie de Andrés Iniesta, se colocó con justeza al frente en el marcador y soportó las patadas finales del equipo de rugby que puso en el campo la selección holandesa.

Estaba claro que a España había que presionarla y cerrarle espacios en la cancha y así evitar el baile que le pusieron a Alemania en la semifinal. Así lo hizo Paraguay en los cuartos de final y por poco los saca del Torneo. Pero las agresiones holandesas provocaron las respuestas contrarias y por momentos más bien parecía un espectáculo de la WWF.

Ambos equipos tuvieron sus ocasiones de gol aunque las dos más claras las tuvo Arjen Robben quien enfrentó dos “mano a mano” con Iker Casillas… y “San Iker” ganó ambas.

En fin, ganó el equipo que mejor fútbol tenía, ¡menos mal!

Nota aparte merecen el Comité Organizador y las autoridades gubernamentales de Suráfrica. Una semana antes de comenzar el Mundial, la mayoría de “los expertos” europeos auguraban –con su dosis de racismo— el fracaso organizativo del evento y repetían que la FIFA se había equivocado al otorgar la sede.

Fuera de algunos detalles, que ya iniciado el Torneo fueron superados, y según narran los presentes, todo transcurrió en orden y los itinerarios se cumplieron a cabalidad. Así que este tributo a Nelson Mandela también sirve de ejemplo de que los países del Tercer Mundo pueden organizar con éxito eventos de magnitud mundial.

Los más destacados

El Balón de Oro, premio al mejor jugador de la Copa, se lo adjudicaron los periodistas que cubrían el evento a Diego Forlán, el incansable delantero uruguayo autor de cinco golazos.
El Botín de Oro, premio al máximo goleador, se otorgó al jovencito alemán Thomas Müller, quien quedó con cinco goles igual que Forlán, Snejder y Villa. Su premio se decidió mediante un sistema de desempate que contabiliza las asistencias de gol y cantidad de minutos jugados. Müller, de 20 años de edad, también fue nombrado el Mejor Jugador Joven del Torneo.
El Premio al Fair Play fue otorgado al seleccionado de España y su capitán, Iker Casillas, se llevó el Guante de Oro, al arquero más destacado.

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